El optimismo en las calles da lugar a tonos que conducen a una atmósfera colorida y vibrante, aportando mucha energía a la hora de crear looks y composiciones. La primavera y el verano 2021/2022 cataliza las transiciones emocionales y entre los tonos saturados propios del verano y los más claros y desnudos, que cobran cada vez más protagonismo a medida que las personas se vuelven más conscientes del vestuario minimalista.